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hernia discal

¿Qué es la hernia discal cervical?

¿Qué es la hernia discal cervical?

La columna cervical está constituida por 7 vértebras, separadas entre sí por discos intervertebrales, que son almohadillas que amortiguan los movimientos. Además dejan espacio entre las vértebras, permitiendo un movimiento adecuado de las mismas.

A medida que envejecemos, nuestra columna cervical se va viendo afectada por los efectos del uso y del desgaste diario. También originándose una serie de cambios degenerativos que provocan una pérdida de parte del contenido de agua o deshidratación del disco intervertebral, haciéndoles menos elásticos y flexibles. Por lo tanto, los discos intervertebrales se vuelven más propensos al desgarro o a la rotura. Incluso ante esfuerzos de poca intensidad como. Por ejemplo, un traumatismo al cargar un peso de forma inadecuada.

La hernia discal cervical es el resultado del desgaste gradual de un disco intervertebral envejecido. Por lo que termina rompiéndose y parte de su contenido, sale a través de una parte debilitada de la zona externa del anillo discal, comprimiendo o presionando una raíz nerviosa o la médula espinal. 

 

¿Qué síntomas presenta la hernia discal cervical?

  • La hernia de disco cervical suele aparecer en adultos jóvenes entre los 30 y los 50 años de edad, provocando un cuadro clínico de dolor en el cuello o «tortícolis». Que a su vez puede irradiarse o extenderse hacia el brazo y al hombro, o puede provocar un entumecimiento, acorchamiento y hormigueo por el brazo o los dedos de la mano en función de la raíz que está comprometida por el fragmento discal herniado.
  • El dolor es descrito por el paciente como una corriente eléctrica, quemazón o sensación de frío o calor y dolor fulgurante que baja por el brazo.
  • El dolor irradiado hacia el brazo y la cervicalgia son la primera señal clínica de que las raíces nerviosas cervicales están irritadas y comprometidas por el material discal extruido.
  • La debilidad muscular o la pérdida de fuerza, son síntomas de un problema más grave y pueden requerir una intervención preferente.
  • Los patrones de dolor irradiado hacia el brazo y el déficit neurológico se encuentran determinados por la localización del disco herniado a nivel de la columna cervical.

 

¿Cuál es el tratamiento de la hernia discal cervical?

El tratamiento de esta patología de hernia discal es inicialmente conservador: fármacos y reposo para aliviar el dolor. Por lo que esta es la solución en la mayoría de los pacientes diagnosticados de hernia discal. Y, pasada la fase aguda, está indicado el tratamiento rehabilitador, los cambios de hábitos de vida y la reeducación postural.

Sin embargo, en las hernias discales de gran tamaño donde existe una lesión evidente de la raíz nerviosa a la exploración clínica. Y en el electromiograma no hay una mejoría clínica evidente con el tratamiento en las primeras 4-6 semanas, está indicado el tratamiento microquirúrgico. Cuando la hernia es de gran tamaño y hay una compresión medular con signos clínicos de sufrimiento medular o mielopatía, la intervención quirúrgica debe ser urgente.

Esta intervención se llevará a cabo con técnicas microquirúrgicas mínimamente invasivas con excelentes resultados. Ya que el objetivo de la intervención es resecar y extraer de forma microquirúrgica el disco herniado. Se busca liberar la raíz nerviosa o la médula espinal si está comprometida, restableciendo la función y aliviando el dolor.

La cirugía la realizamos en la mayoría de los casos por vía anterior, bajo visión microscópica. También con un abordaje mínimamente invasivo, aprovechando un pliegue del cuello para no dejar cicatriz.

Después de resecar el disco y descomprimir las estructuras nerviosas en función de cada caso, completamos la intervención quirúrgica reemplazando el disco degenerado por una prótesis de titanio poroso. En otras ocasiones colocamos una prótesis cervical móvil (artroplastia) para conservar la movilidad y restablecer la función del espacio intervenido. La artroplastia cervical en gente joven es una alternativa mejor que la cirugía de fusión o artrodesis y mucho menos invasiva, al permitir conservar la movilidad natural de la columna.

Los pacientes inician la deambulación el mismo día de la intervención quirúrgica sin apenas dolor posoperatorio. Y con una cicatriz muy pequeña y cosmética, obteniendo el alta hospitalaria en las primeras 48 horas e incorporándose a su vida activa de forma inmediata.

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