La hernia discal lumbar se produce debido a la degeneración y pérdida de las propiedades elásticas del disco intervertebral, que actúa como un cojín entre las vértebras y amortigua los movimientos de la columna vertebral. Cuando estos discos pierden su elasticidad, pueden fragmentarse, y si parte de este disco fragmentado se desplaza fuera de su posición normal, puede comprimir las estructuras nerviosas, lo que conlleva varios síntomas.
Síntomas de la hernia discal lumbar:
1. Dolor lumbar irradiado: Uno de los síntomas más comunes es un dolor lumbar que se irradia hacia los miembros inferiores. Algunas personas describen esta sensación como una corriente eléctrica que se extiende por las piernas.
2. Sensación de quemazón, acorchamiento o entumecimiento: Las personas con hernia discal lumbar pueden experimentar una sensación de quemazón, acorchamiento o entumecimiento en las piernas, que a menudo se debe a la compresión de las raíces nerviosas.
3. Debilidad y pérdida de fuerza: La hernia discal lumbar también puede provocar debilidad muscular y pérdida de fuerza en las piernas, lo que puede dificultar la movilidad.
4. Alteraciones en el control de la orina o las heces: En casos extremadamente raros, la compresión de las estructuras nerviosas puede afectar al control de la vejiga o los intestinos, lo que requiere atención médica inmediata.
Tratamiento de la hernia discal lumbar:
El tratamiento de la hernia discal lumbar puede variar según la gravedad de la afección, pero generalmente sigue estos principios:
– Tratamiento conservador: En la mayoría de los casos, especialmente si no hay signos de alarma como déficit motor grave o síndrome de cola de caballo, se inicia un tratamiento multidisciplinario y conservador. Esto incluye terapia médica y rehabilitación, que puede aliviar los síntomas en las primeras 4-6 semanas.
– Tratamiento quirúrgico: Cuando el tratamiento conservador no es efectivo o hay una lesión evidente de la raíz nerviosa, se puede considerar la cirugía. En estos casos, las técnicas microquirúrgicas y la cirugía mínimamente invasiva bajo visión microscópica son preferidas. Estas técnicas permiten una recuperación más rápida y reducen el dolor postoperatorio.
Cirugía mínimamente invasiva de la columna:
Este tipo de cirugía utiliza incisiones muy pequeñas en la piel y evita una retracción muscular agresiva. Se utiliza un microscopio Zeiss de última generación para magnificar la imagen y proporcionar una iluminación adecuada. Los beneficios de esta técnica incluyen un tiempo quirúrgico más corto, pérdida de sangre mínima, daño muscular reducido y menos dolor postoperatorio. Los pacientes suelen levantarse en las primeras horas después de la cirugía, reciben el alta hospitalaria en 24-48 horas y pueden reincorporarse a sus actividades diarias rápidamente, con una cicatriz mínima y estética en la zona lumbar.
La hernia discal lumbar es una afección seria, pero con el tratamiento adecuado, muchas personas pueden experimentar alivio significativo de sus síntomas y mejorar su calidad de vida. Si experimentas síntomas de hernia discal lumbar, es importante buscar atención médica para evaluar tus opciones de tratamiento.